miércoles, 6 de mayo de 2015

La cultura del no tengo tiempo...

Hoy en día, es difícil encontrar a una persona que no te diga "no tengo tiempo para eso, ando muy ocupado", sea lo que sea que le estés proponiendo.  En mi caso personal, mucha gente me dice, que no entiende como tengo tiempo para atender facebook y twitter, jugar golf de vez en cuando entre semana, y además compartir algunas actividades con mis hijos en las tardes.  Hasta me han dicho: "Dichoso tu que tienes tiempo para esas ahuevasones".  Lo que no saben esas personas es que muchas veces, mientras ellas duermen, yo estoy trabajando.  Así funcionamos los arquitectos...

Hoy en día, parece que la gente siente orgullo en decir que está muy ocupada, y que el tiempo no le alcanza.  A mi juicio, expresarse así demuestra que las personas no saben priorizar, y no se saben organizar, o que han aceptado que se abuse de ellas con una carga de trabajo excesiva.  Claro, nuestros tiempos modernos exigen más y más tiempo dedicado al trabajo, y menos tiempo para relajarse y descansar.  No es poco común escuchar en los pasillos: "anoche trabajé hasta las 9!" y la respuesta inmediata: "Eso no es nada, yo me quedé hasta las 10 de la noche!"

En una época mi vida también era así, y recuerdo alguna vez haber dicho con orgullo: "es que estoy tan ocupado que tuve que quedarme trabajando hasta las 8 de la noche..."  Ahora lo recuerdo y me da vergüenza.  Vergüenza por haberle robado ese tiempo a mi familia, recuerdo muchas veces haber llegado a la casa y que ya mis hijos estuvieran durmiendo.  Realmente uno puede sentirse orgulloso de eso?  Realmente está bien que le demos prioridad al trabajo por encima de nuestros seres queridos?

Un día, poco tiempo después del fallecimiento de una conocida, un amigo en común, compañero de trabajo de ella, me dijo: "y tanto que se mataba trabajando, tanto estrés que tenía, y al día siguiente de su muerte, sentaron a alguien más en su puesto..."  La verdad es inmisericorde: puedes dar tu vida por tu trabajo, pero no eres indispensable, en cualquier momento te pueden reemplazar.  Pero sabes para quien no eres reemplazable? para tu esposa o esposo, para tus hijos, para tus hermanos, para tus padres...  Si algo te pasa, tu empresa va a enviar una nota muy cortés a tu familia, alguien leerá una de esas ridículas resoluciones de duelo, y hasta quizás le pongan tu nombre a una plaquita.  Probablemente te recordarán con nostalgia en la cafetería...  por tres días...  Después de este tiempo la vida sigue y la empresa tiene que seguir facturando.  No es crueldad, no es deshumanidad, es simplemente como funcionan las cosas.

Debe haber más de uno leyendo estoy y arrancándose las cejas y los pelos de las axilas gritando "BLASFEMIA!!! hay que trabajar y trabajar y trabajar!!!  y cuando termines, hay que seguir trabajando!!!"  Pero realmente el trabajo ¿es un fin, o debería ser sólo el medio para lograr nuestras metas?  

Saludos!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hola! gracias por tus comentarios. Si te gustó este artículo, siéntete libre de compartir el enlace con tus amigos...